Su
construcción data aproximadamente de finales del siglo XVI, ya que se sabe que
existía la devoción por el Santo en Viveiro desde antiguo. La
causa de la devoción fueron las constantes epidemias de peste que asolaron la
Villa y los alrededores a lo largo del siglo XVI. En
el año 1598, Viveiro se coloca bajo la advocación de San Roque, el abogado
contra la peste.
En
el siglo XVII ya se sabe con certeza de la existencia de esta capilla.
Fue restaurada en el año 1963, llevándose a cabo en los años 90 una segunda restauración que la dejó en su estado actual; es regida eclesiásticamente por la parroquia de Santa
María.
El templo es de mampostería con cubierta de pizarra a doble vertiente; espadaña de un solo cuerpo coronada con una cruz; la fachada principal con una puerta
adintelada enmarcada por sillares de piedra, dos ventanas rectangulares y un
relieve dedicado a San Roque.
El
interior de la iglesia consta de una nave rectangular, un pequeño habitáculo
donde vivía el "santeiro" y arco triunfal de forma campanel; techo de
madera.
La imaginería consta de San Roque popular y San Francisco del
siglo XVIII. Altar
moderno con dos tablas barrocas, restos del antiguo retablo y con relieve de
San Blas y San Antonio Abad. Presidiendo el altar principal se encuentra una talla moderna de San Roque, custodiado por la Virgen Procesional y la Virgen de la Natividad a un lado, y al otro por San Roque procesional y San Cayetano.
Cova do Santo
La Comunidad de Montes en 2018, recupera la cavidad donde la leyenda situaba al copatrono vivariense.
Dicha cavidad
situada más abajo de la ermita, permaneció oculta por la maleza
y sin acceso durante años. Dentro está la imagen del santo y su perro
tallada en piedra mirando a Viveiro y muy cerca hay una roca con unas huellas
de pies que, si se pone alguien sobre ellas, estarán indicando de frente al
norte. La talla es obra del escultor Abraham Corujo, y la verja que protege la figura es de Antonio Blanco.
A la inauguración (junio de 2018) asistieron el
presidente de los comuneros de San Roque, así como el resto de la Junta Gestora, miembros de todos los grupos con
representación en el Concello viveirense, así como vecinos y directivos de
otros colectivos ciudadanos.
El presidente de la
comunidad de montes, Carlos Méndez, expresó en la inauguración que ve " Cumplido
un sueño con el acondicionamiento de la cueva, algo que tuvo un <alto coste>, pero con el esfuerzo de todos logró hacerse
realidad".
Horreo
En 1995, es trasladado desde Fontecova.
Desmontado pieza a pieza y rehabilitado, dado que estaba muy
deteriorado, se lleva a la cima del monte y montado piedra a piedra, para
ello se numeran dichas piedras.
Queda a la izquierda de la ermita, dominando un cerro desde el cual puede verse una magnífica vista del curso el río Landro desde Landrove.